París, la capital de Francia, está situada en el río Sena, lo que ha seguido siendo una característica definitoria de la ciudad a lo largo de la historia. Desde los primeros asentamientos humanos en el periodo Neolítico, el Río ha servido como una fuente de sustento y una vía fluvial comercial principal que fluye a través de París para unir el Canal Inglés y Le Havre. La historia de navegación de la ciudad está encarnada en el motivo de la ciudad fluctuat nec mergitur, que significa "arrojada pero no hundida". Los principales monumentos de la ciudad y sitios de poder, justicia y religión están ubicados a lo largo del río. Este río, al ser uno de los elementos icónicos del paisaje urbano de la ciudad, condujo a la inscripción de París, Riberas del Sena, en la Lista Patrimonio Mundial en 1991.
Como muchas ciudades capitales construidas en ríos, París está sufriendo un proceso de reclamación de su frente ribereña. La ciudad se centra en mejorar los espacios públicos, la transitabilidad y el transporte público, incrementado los carriles para bicicletas y minimizando los coches. En 2002, la Ciudad de París lanzó "Paris Plage", una iniciativa que pretende que la ciudad cierre la autopista de la ribera anualmente durante el verano y la convierta en una playa y paseo temporal. En 2013, se cerró al tráfico una autopista del río y se transformó en un paseo, con servicios temporales, zonas recreativas y juegos. Los proyectos actuales de Riberas del Sena son parte de iniciativas más amplias para reintegrar el Sena en la vida de la ciudad.
Preparado por la UNESCO