La escena cultural de Benín es vibrante y la música se filtra en la vida cotidiana de sus habitantes. Pequeños estudios de grabación y clubes de música han ido apareciendo en torno a Cotonú, la capital del país, en los últimos diez años. 

Sin embargo, estas obras creativas están expuestas a la piratería generalizada y a la violación de los derechos de autor, y se ven afectadas por una infraestructura de distribución limitada. La gente tiene dificultades para identificar qué obras son originales y está habituada a pagar precios muy bajos. En consecuencia, los artistas, productores, promotores y distribuidores no obtienen un beneficio justo por su expresión creativa.  

Con el apoyo del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural de la UNESCO, World Rhythm Productions hizo realidad la iniciativa Proximus Rezo. El proyecto Proximus Rezo seleccionó a cuatro músicos mediante un concurso y promocionó sus discos originales. También creó una red de ventas sostenible mediante la contratación de dos distribuidores y el establecimiento de 100 puestos de venta en peluquerías de las zonas populares de Cotonou, donde se pusieron en venta los discos junto a otras grabaciones y películas locales. Además, se hicieron anuncios en radio y televisión.  

El proyecto permitió a los empresarios culturales de Benin promocionar a nuevos talentos y crear un modelo de negocio innovador y sostenible. Los puestos de venta pusieron de relieve el valor de las obras originales y sensibilizaron a la población sobre la piratería. La producción masiva y la amplia distribución permitieron que se estableciera un precio accesible para la población local. Aumentaron las ventas de discos y en consecuencia, también las ganancias generadas en toda la cadena de producción artística. Los beneficios se están reinvirtiendo en la industria y este tipo de enfoque se ampliará a otros sectores culturales. Las empresas de producción locales también muestran interés en la nueva red y los artistas están encantados de asociarse.