Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Bioética: nacer o no nacer ¿tenemos derecho a manipular la vida?

Los cambios van tan rápido, en todos los ámbitos, que el mundo de hace diez años ya no es reconocible hoy día. Todas las referencias que nos eran familiares, y parecían inamovibles desde el final de la última guerra mundial, forman parte de un pasado que ahora se esfuma en nuestras memorias. Y, sin embargo, los contornos del porvenir no aparecen todavía. Nos encontramos en una zona fronteriza difusa, sumida en la bruma de una aurora que tarda en levantarse. Es un momento en que todo está en tela de juicio, que se presta a las audacias y a las innovaciones, pero también cargado de peligros y de violencias.

La Unesco, por su vocación misma, está en el meollo de los esfuerzos encaminados a trazar las pistas de un porvenir en el que el espíritu de paz vence al espíritu de guerra, y en el que libertad y derecho, justicia y solidaridad, pasan a ser los valores supremos de todos.

El Correo se esfuerza por participar en esta vasta empresa, ampliando sin cesar sus perspectivas, liberándose de todo cuanto suponga limitaciones o rigideces.

Habrán ustedes observado algunos cambios, introducidos por pequeños toques en nuestros últimos números. Esas modificaciones responden a un proyecto de conjunto, el de dar cuenta mejor de la inmensidad del presente pero sin perder de vista los interrogantes y las críticas de los lectores.

Es así como la actual presentación del tema central permite una lectura más fácil, un acceso más inmediato. La vida internacional será objeto ahora de una reseña permanente. Ello permitirá situar mejor la acción de la Unesco, en particular tal como la expone el Director General en su Crónica. Entre el Area Verde y Memoria del Mundo, que describe los sitios del patrimonio mundial, una sección dedicada a las Reservas de Biosfera vendrá a enriquecer la información de los lectores acerca de los grandes campos de acción de la Unesco.

En la perspectiva de un mejoramiento constante, tanto de la concepción, como de la presentación gráfica e iconográfica de El Correo, contamos con el apoyo de ustedes, con sus sugerencias y sobre todo con su vigilante fidelidad. 

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Septiembre de 1994