
Los Derechos de 900 millones de niños del mundo
En el espacio de seis semanas, el mundo celebra dos importantes aniversarios: el Día de las Naciones Unidas (24 de octubre) y el Día de los Derechos Humanos (10 de diciembre). El Correo de la Unesco celebra a la vez las dos magnas fechas consagrando el presente número a los "Derechos del Niño", tema principal en 1957 del Día de los Derechos Humanos.
Los derechos de 900 millones de niños del mundo poseen un significado diverso para cada uno de los diferentes pueblos: el derecho a la protección sin distingos de raza, nacionalidad o creencia religiosa; el derecho a la educación; el derecho a la ayuda contra el hambre y las enfermedades; el derecho a vivir en un mundo pacífico; y aún el derecho que tienen los menores a ser tratados mejor que las personas adultas.
Nuestra época ha sido en verdad aterradora para nuestros hijos. Millones y millones de niños han abierto los ojos a la vida en medio de un mundo de ruinas y de muerte, y el recuerdo de días espantosos ha dejado una marca profunda en su mente. Hoy, muchos niños pueden contemplar un mundo menos violento; pero el bienestar de los pequeños no ha cesado de ser una de las mayores preocupaciones de la comunidad mundial. La Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas hace nueve años, es válida tanto para los adultos como para los menores. Varios de los treinta y tres artículos de la Declaración se refieren concretamente a los niños y tienen como finalidad garantizar su protección física y moral, su educación y su desarrollo completo.
La Declaración Universal no es un convenio que obliga a los gobiernos a someterse a una norma internacional, pero establece una serie de principios a cuyo cumplimiento debemos aspirar todos los hombres si deseamos vivir en un mundo de libertad y de paz.
Durante los diez años últimos, gran parte de la actividad de las Naciones Unidas y de su Fondo para la Infancia así como de sus organismos especializados como la Organización Mundial de la Salud, la Organización para la Agricultura y la Alimentación y la Unesco, se ha consagrado a llevar a la práctica los diferentes derechos del niño que constan en la Declaración Universal. Esa aplicación se ha hecho en la forma de vacunas para prevenir la tuberculosis, de consejos sobre alimentación para formar cuerpos vigorosos, de escuelas para nutrir las mentes infantiles, o de leche en polvo para salvar a los niños de las garras del hambre.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con el convencimiento de que el niño necesita una protección especial por motivo de su falta de madurez física y mental, ha estudiado un proyecto de "Declaración de Derechos del Niño", propuesto hace varios años por la Comisión Social y Humanitaria de las Naciones Unidas (Ver el texto en pagina 29). El proyecto fué presentado en Ginebra, en el pasado mes de abril, y se han transmitido los resultados del debate a los Estados Miembros de la ONU para que formularan las observaciones del caso. El año próximo se llevará a cabo en París la dicusión detallada de tal proyecto de Declaración. Alimentamos, de este modo, muy fundadas esperanzas de que pronto contaremos con un nuevo instrumento internacional en defensa de los derechos del niño, dentro del marco de la Declaración Universal de Derechos Humanos.