Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

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A medida que los pueblos descubren, poco a poco, y a menudo a través de la violencia mundial de una crisis particular, hasta qué punto están vinculados unos a otros, su relación con el desarrollo va cambiando. No se trata ya de promover el crecimiento a expensas de los demás en un espíritu puramente competitivo. Todo desarrollo depende estrechamente de ahora en más de la armonía general, pues las interacciones entre todos los aspectos de la vida en la Tierra son fuertes y complejas. Por lo tanto, el objetivo de la Constitución de la UNESCO que quería establecer la paz y la prosperidad comunes en base a “la solidaridad intelectual y moral de la humanidad” es más pertinente que nunca. Es en la mente de los hombres donde todo ocurre.

Ahora bien, nada sucede en la mente de los hombres que no pase por intermedio de una o más lenguas. El ser humano funciona mental e incluso emocionalmente a través del lenguaje.

Por tanto, si los hombres deben ahora opinar sobre las decisiones relativas al desarollo que es ya común a todos, es absolutamente necesario permitir a cada una de las lenguas en las cuales éstos piensan, comprenden o imaginan, que se perpetúen. Es imposible concebir un desarrollo adaptado a la especie humana mundializada sin que sea plurilingüe.

Cada lengua es un tesoro precioso porque es el camino hacia la vida y la visión de un ser humano, cuyo concurso a la tarea común no puede ser auténtico sino en el seno de su propia lengua. Y como todos deben concurrir a esa obra común, la cuestión de la traducción entre todos esos idiomas y su constante interacción se convierte en una cuestión fundamental respecto de la exactitud del desarrollo futuro.

Si no hubiera sino una lengua en el mundo, ésta no tardaría mucho en diversificarse, porque los humanos son diferentes y hacen un uso creativo del lenguaje. Eso es lo que atestigua la pluralidad de lenguas. Y desde luego es un verdadero patrimonio común de la humanidad.

Françoise Rivière, Subdirectora General de Cultura de la UNESCO

Los artículos de esta edición especial provienen de los números 2008-1, Los idiomas cuentan, y 2009-2, Lenguas en peligro: el pensamiento amenazado.

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Número especial Octubre 2009

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