Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Racismo

¿Por qué prestar al racismo, forma patente de la barbarie, una atención constante, periódicamente renovada? La razón está en que sus manifestaciones originan sin cesar en todo el mundo formas de opresión inéditas que vienen a añadirse a las antiguas, pero también en que sus sustitutos y su estrategia se renuevan una y otra vez, cada día más violentos e insidiosos, por lo que hay que afinar en cada caso las armas para combatirlos.

Al Otro, al extranjero, se le percibe generalmente como extraño, bien por su apariencia (que se relaciona con su "raza"), bien por su estatuto social, su pobreza o sus costumbres, susprivilegios o susposibilidades. Pero la humanidad aprende también a percatarse de que el Otro nos presenta, como en un espejo, una imagen de nosotros mismos que suele infundirnos miedo. Vencer ese miedo agresivo equivale a hacer retroceder el racismo, que es un subproducto de aquel.

El análisis muestra que talfobia del Otro es algo inculcado, que resulta del poderoso influjo de las estructuras sociales. Y hay que subrayar que, en sus avalares contemporáneos, el racismo no es algo caído del cielo sino elproducto histórico de un fenómeno histórico: la explotación económica (y sujustificación "ideológica") del trabajo del colonizado.

No es de extrañar que su "fase última" sea el apartheid, racismo colonial llevado hasta sus últimas consecuencias e institucionalizado. La práctica de ese apartheid constituye una amenaza no sólo para los pueblos del sur de Africa; sino también para la paz internacional. En todos los sentidos posibles, es un crimen contra la humanidad.

De ahí que la lucha contra el racismo sea uno de los objetivos principales de los movimientos de liberación en todo el mundo. La emancipación de los pueblos dominados pasa por la defensa de su identidad cultural, que a su vez está vinculada a su libertad política, económica y social. Así pues, exaltar las culturas del mundo, su diversidad, su idéntico derecho al desarrollo, es también acelerar esa generalización y esas interrelaciones del saber que harán retroceder a la infame lacra del racismo.

En tal sentido, la ciencia, que es objetiva, no puede contentarse con permanecer neutral. En efecto, hoy rechaza tajantemente toda pretensión de definir las "razas" a partir de datos genéticos determinantes. Habida cuenta del mestizaje milenario, la diferencia genética entre individuos o grupos de individuos resulta mucho mayor que la que separa a las supuestas "razas", catalagodas asi sobre la base de criterios insignificantes. Con . mayor razón aun debe rechazarse la vinculación (y, por tanto, lajerarquía que de ello su derivaría) entre caracteres hereditarios "de raza" y rasgos culturales.

La Unesco se halla incansablemente empeñada en ese combate por la verdad, contra la opresión y los prejuicios, según le prescriben meridianamente el Preámbulo de su Constitución aprobada en Londres el 16 de noviembre de 1945 y el Artículo I de la misma, que solemnemente declara que si "la Organización se propone contribuir a la paz y a la seguridad estrechando, mediante la educación, la ciencia y la cultura, la colaboración entre las naciones, afin de asegurar el respeto universal a la justicia, a la ley, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales", ello es en beneficio de todos, "sin distinción de raza, sexo, idioma o religión". 

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Noviembre de 1983

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