Durante la noche, M'Bumba comienza a instruirse
Sin agua, sin provisiones y nuestros dospneumáticos de recambio inservibles y es medio de aquel calor tórrido que agrietaba ya nuestros labios después de la primera jornada de viaje, podíamos consumirnos indefinidamente en plena ruta sin asombrarnos de que nadie viniese en nuestra ayuda.¡No se nos esperaba hasta dos días después! Y, además, la traidora condición habitual de las transmisiones en Africa, responsable de mil contratiempos y confusiones, con sus telegramas que una vez de cada dos sirven para probar, cuando ya es tarde, que se había tomado la precaución de avisar... No había, pues, que esperar ningún socorro en aquella pista tan poco frecuentada que en algunos pasos arenosos no se encontraba su huella.
Henos aquí, sin embargo, llegados a nuestro destino, salvos, rehidratados y restaurados. Pero es una jornada perdida: llegar así a M'Boumba después de la caída de la noche, significa que hasta manana no podremos ver nada de las actividades de nuestros huéspedes. Mas,¿qué es esa especie de tosecilla mecánica que se trasforma pronto en ronroneo? ¿Qué significa esa bombilla que se enciende en el ángulo de un muro y que es la única que horada las tinieblas de la selva en un radio de cien kilómetros? ¿Qué es ese sordo rumor que nos llega de la aldea? Todo ello revela que, en realidad, es a esta hora cuando comienza la actividad de M'Bumba.¿Será posible que en el Africa negra una noche en claro pueda tener otro móvil que el tam-tam y sus ritmos extáticos?
Sin duda vamos a asistir a una diversión colectiva, intención bien ajena por cierto a la que habían previsto sus propios organizadores.