
El Mediterráneo y su mundo
El Mediterráneo, "Mare Nostrum" de los romanos o Mar Interior por excelencia, es una de las principales encrucijadas de la historia humana. Por sus aguas, o por sus istmos, cruzaron seguramente los primeros homínidos que provenían de Africa. Algunas de las más viejas ciudades de la historia, como Biblos en el Líbano o Gades (Cádiz) en España, se erigieron junto a él. Y en sus orillas nacieron grandes civilizaciones que iban a irradiar su influencia por todo el mundo, dando forma a muchos rasgos esenciales del mundo moderno. De la civilización grecoromana, unida al cristianismo, surgieron la civilización de la Europa occidental y el vasto mundo bizantino-ortodoxo que se extendería hasta más allá del Ural. Y el Islam, nacido en los aledaños del Mediterráneo, tendría un brillante desarrollo en toda la región, dejando incluso huellas muy poderosas en países europeos como España.
Pero la diversidad de civilizaciones, a veces encontradas y hostiles entre sí, no ha impedido que a lo largo de los siglos "lo mediterráneo" se manifestara como un modo de sentir, de vivir, de ser propio de los hombres de la región, nacido de una secular interpenetración de culturas y que tiene un fundamento material en la realidad física misma de este "Mar Interior". Cuales sean los rasgos esenciales de esa mediterraneidad es lo que intenta explicar este número de El Correo de la Unesco. Así, uno de sus mejores conocedores, el historiador francés Fernand Braudel, traza un "retrato" histórico general de la región, mientras otros especialistas se ocupan de aspectos importantes como el habitat y el urbanismo y el ecosistema marino.
Pero, aun cargada de antiquísima historia, la cuenca mediterránea, tanto en su parte europea como en la africana y la asiática, es una zona en plena mutación donde los conflictos de la democratización, del desarrollo y de la identidad nacional y cultural se presentan a menudo en forma sobremanera aguda. En el Mediterráneo se codean e interpenetran, a veces dentro de un mismo país, el mundo industrializado y el mundo en vías de desarrollo (hasta el punto de que hay quienes consideran a esa región como el Tercer Mundo de Europa). Ello es sin duda, por un lado, motivo de fricciones y de desequilibrios, pero, por otro, ofrece un terreno excelentemente abonado para ese conocimiento mutuo y esa colaboración entre mundos diversos que la Unesco y el sistema entero de las Naciones Unidas se esfuerzan por fomentar. De ahí que la Unesco se interese tan vivamente desde hace tiempo por la región.
Desde las epopeyas homéricas y el "Libro de los Muertos" egipcio, ésta ha sido uno de los lugares privilegiados de la creación literaria. Como testimonio, simplemente simbólico y muy incompleto, de ese milenario florecimiento incluimos en estas páginas un breve florilegio de textos y poemas.
Edouard Glissant, Jefe de Redacción.
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