
Perfil de China
Al preparar el presente número de El Correo de la Unesco, íntegramente dedicado a la cultura china, la Redacción de la revista no podía pretender en tan reducido número de páginas resumir, ni mucho menos analizar, una de las civilizaciones más antiguas y una de las culturas más ricas de la humanidad. De ahí que no se propusiera trazar el camino recorrido por una sociedad cuya historia humana comienza quizás con el Hombre de Pekín, hace medio millón de años, ni el desarrollo de las cienciasy las artes que cuentan entre sus inventos más tempranos la brújula y el sismógrafo, la fabricación del papel y la imprenta, el cuadrante solar y la pólvora, y entre sus descubrimientos el de la relación entre la circunferencia y el diámetro de un círculo, por no citar sino algunos de los momentos más luminosos de esa cultura. De la historia antigua de China apenas recordamos aquí sus contactos y relaciones culturales con Occidente que comenzaron, como sucede siempre en cualquier ámbito, apartirde los itinerarios del comercio, en este caso de la Ruta de la Seda. De la famosa "China milenaria" ofrecemos en nuestraspáginas centrales en color algunos hitos referenciales de su arte, que van desde la prehistoria hasta el siglo XV, completados con escenas de la vida cotidiana de hoy.
Quiere esto decir que se ha preferido centrar el tema de los artículos en la China contemporánea, nacida de las grandes transformaciones ocurridas a mediados de nuestro siglo, tras varios decenios de azarosas luchas. Esos cambios económicos, políticos y sociales han repercutido en la vida entera de la sociedad, en la estructura de la familia tradicional, en la interpretación de la historia y de lo que se entendía por la filosofía del país, en la concepción de la creación artística y del adelanto científico. Porque si la nueva China cuenta todavía con unapoblación rural equivalente al 80 por ciento de la totalidad de sus habitantes, es precisamente en esa enorme fuerza humana, unida a la de los trabajadores manuales e intelectuales de las ciudades, en la que el país se basa para la construcción de una economía original que le permite emprender y llevar adelante audaces planes y programas científicos y tecnológicos de educación y desarrollo.
Las condiciones históricas que decidieron esa serie de cambios fundamentales y definitivos, tanto en el plano de la organización de la sociedad como de la cultura que en ella se origina, aparecen aquí explicadas por el testimonio de tres de los más célebres escritores chinos contemporáneos: Lu Xun, Ba Jin y Ding Ling, testigos presenciales y en parte protagonistas de esa fracción de la historia que les correspondió vivir y contribuir a cambiar.
Mas, para esa transformación radical de la sociedad, se tomó en consideración, por primera vez en su historia, al pueblo chino vejado y oprimido durante siglos de feudalismo, respetando y favoreciendo el desarrollo de algunas de las tradiciones más antiguas y más enraizadas en el alma popular y que, como las artes marciales o la práctica de la acupuntura, no sólo se propagan dentro de China sino que han conquistado otros países asiáticos e inclusive algunos de Europa y hasta de las Americas. Y no se ha olvidado, ni hemos pasado por alto nosotros, otras formas de expresión inmemoriales como la cerámica y esa privilegiada caligrafía china que mantiene con la poesía y lapintura relaciones únicas.
Cabe advertir, finalmente, al lector que la ortografía de los nombres propios empleada en el presente número corresponde a la que establece el nuevo sistema chino de transcripción que hemos respetado cada vez que ha sido posible hacerlo sin crear confusión ni inducir a error.