
Los Derechos de todos
El 10 de Diciembre de 1948 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptaba en París la Declaración Universal de Derechos Humanos. En esa ocasión el Director General de la Unesco, Jaime Torres Bodet, saludó en los siguientes términos el gesto memorable :
La Declaración del 10 de diciembre de 1948 más que un balance histórico, es un programa. En ella cada párrafo es un llamamiento al esfuerzo, cada línea condena la resignación, cada frase repudia un fragmento privado o nacional de nuestro pasado; cada una de sus palabras nos obliga a examinar nuestra situación actual.
El destino del hombre es una responsabilidad indivisible que se reparte entre todos. Mientras pueda violarse impunemente uno solo de los derechos de uno solo de los hombres, la Declaración de las Naciones Unidas nos acusará a todos de cobardía, de inacción, de pereza, y nos recordará que carecemos de sentido de humanidad. Mientras la mayoría de los hombres viva en el hambre y la injusticia, para morir en la miseria y la ignorancia, el documento aprobado en París nos seguirá pareciendo un ideal bastante lejano.
Difundir por todas partes la Declaración del io de diciembre equivale a luchar por una vida digna de la humanidad; lucha en la que han entrado los gobiernos signatarios, no como simple homenaje retórico, sino en reconocimiento solemne de sus deberes hacia la civilización y la humanidad. Ayudar a los Estados a cumplir esos deberes en el campo de la educación, la ciencia y la cultura, es la espléndida misión de la Unesco. Y ¿qué papel mejor podemos asignar a la cultura, a la educación y a la ciencia, que preparar a todos los hombres para que sean los guardianes y, por lo tanto, los fervientes ejecutores de la Declaración Universal?
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