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Tagore: una voz universal

Filósofo, educador, novelista, poeta y pintor, Rabindranaz Tagore es sin disputa una de las figuras máximas de los tiempos actuales. No sólo se lo distinguió con el Premio Nobel de Literatura, que es un honor singular, sino también con el otro, menos espectacular y todavía más precioso y significativo, de que fueran escritores de una jerarquía similar a la suya los que tradujeran su obra a diversos Idiomas, escritores que ganaran también, por derecho propio, el Premio Nobel, como André Gide y Juan Ramón Jiménez.

En esta ocasión la India no rinde homenaje solamente al pensador y al literato, sino por sobre todo al alma generosa y universal del hombre, alma abierta a los problemas no sólo de su propia tierra sino del mundo entero. Para una de sus obras máximas, la novela "Gora", Tagore, hijo del Maharshi Debendranaz, uno de los espíritus que guiaran el Brahma-Samaj, eligió como tema las tribulaciones, problemas de este movimiento. No es cosa del azar que la Unesco, entre las diversas medidas que ha tomado para celebrar el centenario del nacimiento de Tagore, decidiera publicar la primera traducción francesa de esta novela, en la que el poeta insiste con todo su fervor y devoción en el ideal de un mundo sin castas, un mundo en que la discriminación cruel e irracional entre un ser humano y sus semejantes quede abolida para siempre. En una de las muchas escenas conmovedoras en que descuella su dominio de escritor, grita el héroe del libro, que da nombre a éste: "Tú eres mi madre. La madre imaginaria que tanto busqué en mis andanzas y vagabundajes estaba en casa, esperando a la puerta de mi cuarto. Tú no perteneces a ninguna casta; tú no hace distinciones entre los hombres, ni conoces el odio, ni das vida en nosotros a otra cosa que el bien. Tú eres la India." Y luego el mismo Gora pronuncia estas palabras, que uno podría poner en boca del autor: "Ya no se oponen el hindú, el musulmán y el cristiano dentro de mí. Ahora son míos todos los alimentos espirituales del mundo." Porque, en efecto, Tagore se nutría de todo lo que el mundo podía ofrecerle, y así su mensaje de comprensión y tolerancia se dirige, más allá de las fronteras de la India, a todas las culturas, a todos los hombres. Un mensaje que preconiza la libertad, no para el individuo, sino para la colectividad entera: "El que quiere la libertad sólo para sí "afirmó el poeta "y teme que pueda obtenerla su vecino, no la merece".

Es más que justo, pues, que el mundo entero se una a la India en el homenaje que ésta rinde a un hombre cuya gloria ennobleció de manera imborrable no sólo a su país sino también a todos los otros.

En un artículo que escribiera poco después de la muerte de Tagore, en Agosto de 1.941, dijo Jawaharlal Nehru: "Tanto Tagore como el Gandhi tomaron mucho del Occidente y de otros países, especialmente el primero. Ninguno de los dos fué cerradamente nacionalista; y el mensaje que dejaron es un mensaje para el mundo en general." Tagore fué, verdaderamente, un eslabón vivo entre el Oriente y el Occidente. Así lo quiso él, que dedicó su vida entera a luchar contra la mezquina desconfianza que se pudiera tener frente a otras culturas. Hombre lleno de fé en lo fecundo del intercambio y la amistad culturales, para la Unesco Tagore es y seguirá siendo, con ese mensaje, un Guru, y por ello se asocia nuestra Organización, como obedeciendo a un imperativo, al homenaje que le rinde en estos momentos el resto de la humanidad."

Mensaje del Director General de la UNESCO, Vittorino Veronese. Homenaje a Tagore en Bombay, 1961.

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Diciembre de 1961