
La nueva onda de las radios internacionales
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Las radioemisoras internacionales públicas, antes única fuente de noticias del exterior para muchos países, tienen que adaptarse a una nueva situación muy competitiva.
Cynthia Guttman
En Budapest (Hungría), las radioemisoras estatales de Gran Bretaña, Francia y Alemania están preparando una propuesta conjunta para abrir una estación de FM (frecuencia modulada) en 2000. Es un símbolo del nuevo mundo en el que las radios internacionales navegan actualmente. Casi de la noche a la mañana, la caída del telón de acero obligó a revisar radicalmente la misión tradicional de esas radioemisoras: responder a la sed de información de ciudadanos de Estados de partido único o sometidos a regímenes represivos.
Esa misión no ha perdido pertinencia. Entre los cinco mercados principales de la Voz de América (VOA) figuran Afganistán y China, y en este último país las interferencias del Estado son una práctica corriente, lo que permite medir la influencia “negativa” de la emisora, según los criterios del gobierno chino. Enfrentado en 1999 a los cortes presupuestarios más drásticos de la historia de la radiodifusión estatal alemana, Dieter Weirich, director general de la Deutsche Welle (DW), defendió la misión de un servicio internacional: “Dos tercios de la humanidad viven en países sin libertad de prensa o de información. Nuestro deber específico es proporcionarles sin interrupción información objetiva procedente de fuentes dignas de crédito.”
Nuevos mercados
Pero, en muchas partes del mundo, el fin de la guerra fría eliminó este enfoque ideológico, obligando a las radios internacionales a adaptarse con rapidez a la nueva situación. Ya no pueden sostener que son la única alternativa a emisiones censuradas por el Estado, y han dejado de ser consideradas como un soplo de libertad o como una fuerza subversiva. Además, los nuevos gobiernos de muchos países en desarrollo han dejado de monopolizar las ondas, abriendo la vía a la expresión de opiniones divergentes en nuevas estaciones de FM.
“Al cambiar el contexto político, las radios cuya principal misión era proporcionar noticias a los países que no tenían acceso a fuentes exteriores de información han debido cambiar de tono y desarrollar soportes de transmisión diferentes de la onda corta”, explica Hugues Salord, director de asuntos internacionales de Radio France Internationale (RFI). Han tenido que aprender a “venderse” en mercados con culturas y expectativas muy diferentes, ya sea en Europa, Africa, Asia o América Latina, y cubrir tanto temas locales como internacionales.
Para esas radioemisoras, la adaptación a los mercados abiertos ha sido como un curso intensivo. En un paisaje audiovisual no reglamentado, lo primero que hicieron fue asociarse con emisoras de FM del mundo entero para retransmitir sus programas o adquirir, opción más costosa, transmisoras FM para abrir frecuencias locales.
La BBC, según Mark Brayne, jefe de redacción de noticias europeas y actualidad de su World Service, se adelantó a todas las demás en la creación de redes de FM, empezando por Finlandia en 1987. En 1990, World Service estaba presente en Rumania inmediatamente después de la caída del régimen comunista, firmó acuerdos con las radioemisoras que empezaban a surgir y creó una red de 97 radios locales. Un estudio reciente indica que la BBC ha captado 17% de la audiencia rumana. “En cierto modo nos hemos transformado en una emisora nacional”, afirma Brayne. “Cubrimos las noticias de Rumania, pero aplicando los valores periodísticos de la BBC.”
África, donde los mercados de transmisión se liberalizaron antes que en Asia, es una zona muy codiciada. Cuando una radioemisora extranjera emite en FM, su número de auditores aumenta. La BBC y RFI captan enormes audiencias en sus ex colonias africanas, y Etiopía se encuentra entre los cinco primeros mercados de la VOA. RFI ha empezado a abrir enlaces FM fuera de las capitales de Africa Occidental, en las segundas y terceras ciudades más importantes, y está difundiendo programas en bambara producidos en Malí.
“RFI es considerada casi como una radio nacional, con audiencias que van de 30 a 40% de la población francófona”, señala Erlends Calabuig, director del servicio en lenguas extranjeras. La emisora francesa está tratando ahora de penetrar fuera de la zona francófona: acaba de abrir una estación de FM en Ghana y próximamente en Lagos. “Los países de la región desean salir de su zona tradicional de influencia cultural”, dice Salord.“En el Africa anglófona existe un creciente interés por el mundo francófono, interés no sólo lingüístico, sino también político, económico y cultural.”
Un enfoque de proximidad
Hay, en efecto, una fuerte demanda de transmisiones exteriores, y no sólo como proveedoras de noticias internacionales. “En numerosos mercados, la competencia es mucho mayor, pero no en lo que hace a la exactitud y la imparcialidad”, señala Caroline Thomson, subjefa ejecutiva del World Service de la BBC. “Como consecuencia de la desregulación, en muchos países han salido al aire estaciones musicales, pero la información es de baja calidad, sigue controlada o sometida a interferencias locales.”
Sandy Unger, director de la Voz de América, concuerda en que existe una demanda masiva de información equilibrada y exacta de parte de las nuevas democracias. “Cuando los medios de comunicación no están plenamente desarrollados, cuando existe una legislación penal contra la difamación y restricciones a la libre circulación de la información,las noticias fiables vienen de fuentes exteriores”, afirma. Las pruebas son elocuentes: en América Latina, VOA tiene 400 estaciones FM asociadas. “¿Habría alguna razón de firmar ese tipo de contratos si ello no respondiera a una necesidad o si tuvieran confianza en que sus sociedades van a informar debidamente a la población?”, se pregunta Unger.
Todas las grandes emisoras están presentes en las FM locales, cada cual con su misión. El World Service de la BBC defiende su reputación de veracidad y de calidad, reconocida por sus auditores en todas las encuestas. La VOA, que pasó a ser una entidad federal independiente en octubre de 1999, cumple su cometido de informar sobre la actualidad mundial y sobre aspectos políticos, sociales y culturales de la realidad americana. RFI se precia de ofrecer una visión francesa de la actualidad, que refleje la diversidad de opiniones en el país. Weirich, director de la DW, destaca que el papel de la emisora es “crear una conciencia internacional acerca de la nueva Alemania”. Pero el estilo ha cambiado porque la FM exige una programación más animada e interactiva que la onda corta.Y como las estaciones de FM son locales, las radios han de satisfacer a esas audiencias específicas.
“De dirigirnos a una masa indiferenciada de auditores gracias a un medio de transmisión que cubría el mundo entero”, explica Calabuig, de RFI, “hemos pasado a un enfoque de proximidad que implica responder a las expectativas de una audiencia local.” Aunque la información internacional sigue siendo la piedra angular de la programación de todas esas radios, que en los últimos años ofrecen una cobertura permanente, los programas se han tornado más eclécticos, combinando música y emisiones adaptadas a las dive rsas regiones. La producciones locales ocupan más lugar.
De 1989 en adelante, la BBC empezó a contratar a jóvenes del ex bloque del Este familiarizados con la audiencia de la región. En Bucarest y en Sofía, las filiales de RFI conjugan programas producidos en el lugar con otros de París y presentan así un enfoque más francoeuropeo de los acontecimientos. Todas las radios internacionales europeas están convencidas de que tienen un papel que cumplir “acompañando el diálogo entre los países de Europa Central y Oriental para ofrecer una apertura hacia Europa”, como a firma Calabuig, y también una responsabilidad común en aras de la construcción de una Europa unificada: “Radio E”, un programa de actualidad, se realiza con contri buciones de va rias radioemisoras estatales europeas y ofrece a los auditores una interpretación más rica de los asuntos regionales.
Apretarse el cinturón
Transmitir en las lenguas locales es una de las claves para captar nuevas audiencias. RFI es consciente de que sus esfuerzos para penetrar en el Africa anglófona serán i n f ructuosos mientras no pueda financiar la p r o gramación en lenguas como el swahili y el hausa, como han hecho la VOA, la BBC y la DW. La BBC ha introducido idiomas hablados en las nuevas repúblicas inde-pendientes de la ex Unión Soviética (uzbeko, azerbaiyano, ucranio, kazako y kirguís) y ha cerrado servicios en otras lenguas -en su mayoría vernáculas de Europa Occidental-, sin perder por ello influencia.
La estrategia de la BBC apunta a captar las elites, lo que puede lograr en inglés. “Suprimimos idiomas cuando nos parecían ineficaces y no debido a una reducción de presupuesto”, dice Thomson. La BBC decidió hace poco eliminar las transmisiones en alemán pues las encuestas demostraron que la mayor parte de la audiencia de habla alemana la escuchaba en inglés.
Para hacer frente a reducciones presupuestarias, la DW ha suprimido sus programas en japonés y en español. Está en curso el cierre de otros servicios en lenguas extranjeras, como checo, eslovaco y húngaro, por estimar que los países en que se hablan esos idiomas son ahora “democracias consolidadas con una gran diversidad de medios de información”. Pero está ampliando sus programas en ruso y en inglés,y aspira a abrirse camino en el mercado asiático gracias al satélite AsiaSat 2. Todas las grandes radios internacionales han introducido programas en albanés y macedonio, lo que refleja la prioridad que atribuyen a salir al aire lo antes posible cuando las circunstancias políticas lo exigen.
Introducir nuevos idiomas puede ser un elemento esencial de las estrat e gias de esas radios en las democracias incipientes y en los países en desarrollo, pero cuesta dinero. S i bien todas hacen hincapié en su independencia redaccional frente al Estado, lo cierto es que financieramente dependen de este y ninguna ha recibido subvenciones generosas en el último decenio. Sandy Unger, director de la VOA, teme “restricciones drásticas” si el Congreso garantiza un presupuesto constante para el 2000, lo que significaría absorber una inflación de 4,8%. El presupuesto del World Service ha declinado en términos reales en los últimos ocho años. El de RFI se ha mantenido estable. El presupuesto de la DW para 1999 se redujo en 4,7% (16,6 millones de dólares) y sufrirá un corte adicional de 10%( 303,3 millones de dólares) hasta el año 2003. Además de eliminarse seis lenguas, deberán suprimirse más de 700 puestos de trabajo.
A comienzos de los noventa, Radio Canada Internationale (RCI), un actor menor en la escena mundial, eliminó siete de sus 15 lenguas y redujo su personal, y casi desapareció del aire en 1996 antes de ser salvada gracias a una subvención del gobierno federal. Para Florian Sauvageau, profesor en la Universidad de Laval (Canadá), la crisis fue un reflejo de la falta de interés del gobierno por las relaciones culturales internacionales. RCI apunta ahora a hacer valer la pujanza económica y la diversidad cultural del país, y desarrolla sus transmisiones hacia China y Africa.
Dentro de esta tendencia a apretarse el cinturón, uno de los dilemas es cómo mantenerse en todos los frentes. Las radios extranjeras han de seguir presentes en las ondas cortas en las zonas políticamente sensibles, además de transmitir en FM y por satélite. Luego vienen las inve rsiones en las nuevas tecnologías. Internet es la prioridad esencial para todas las radios estatales. “Es la onda corta del futuro”, afirma Thomson. “ Si deseamos mantener la vitalidad de la radiodifusión internacional dentro de veinte años, es necesario invertir en Internet ahora. Es un medio mucho más libre.”
Gracias a Internet, las comunidades india y pakistaní en Gran Bretaña, por ejemplo, tienen acceso a programas en hindi y en urdu. Los vietnamitas pueden hacer otro tanto en su propio idioma, vivan en Estados Unidos o en Viet Nam. Todas las radios están pendientes de Worldspace —la recepción directa por satélite en antenas parabólicas individuales con una calidad excepcional— y de la digitalización inminente de la onda corta, que no sólo garantizará una mejor calidad de audición, sino que reducirá los costos de producción. Ello permitirá la aparición de nuevas estaciones destinadas a sectores cada vez más específicos de auditores.
Muchos de los países que empiezan a desregularizar sus mercados heredaron servicios estatales de radiodifusión de las antiguas potencias coloniales. Estas contribuyen ahora al proceso de liberalización, a menudo ofreciendo cursos de capacitación y asistencia técnica .Al lanzar su primera estación de FM en Dakar (Senegal) en 1991, RFI contribuyó al “fortalecimiento de la radio estatal nacional”. Para Unger, de la VOA, en numerosos países en desarrollo “las radios internacionales sirven de ejemplo”.
Cualquiera sea la tecnología que triunfe -y están en juego inversiones colosales- sólo el contenido puede inclinar la balanza en favor de las radios internacionales. Su principal ventaja, para Salord, reside en su experiencia, su capacidad técnica y su red mundial de corresponsales. “La radiodifusión internacional ayudará de manera decisiva a descifrar el mundo en que vivimos.Ese es nuestro trabajo: no emitir juicios de valor o dar lecciones, sino ofrecer hechos e información que ayuden al auditor a formarse su propia opinión".