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Las ‘haenyeo’, buceadoras legendarias de la isla de Jeju

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© Hyung S. Kim

Texto: Katerina Markelova

Fotos: Kim Hyung-sol y Museo Haenyeo

Los retratos penetrantes de estas cuatro mujeres sexagenarias que miran directamente a cámara con trajes de buceo anticuados son algo poco común y un tanto intrigante. Su autor, el fotógrafo surcoreano Hyung-sun Kim, dice con cierta emoción: “Cuando se contemplan sus rostros, se espera que de un momento a otro aspiren aire profundamente para llenar sus pulmones”. Son las buceadoras haenyeo, a las que este artista ha seguido muchas veces, observando “las gotas de agua que salpican sus trajes de buceo, abrillantándolos como si se tratara de la piel de animales marinos”.

Entre 2012 y 2014, Hyung-sun Kim visitó frecuentemente la isla de de Jeju, situada frente a la costa meridional de la República de Corea, para captar la vida de estas buceadoras que se sumergen para mariscar hasta diez metros de profundidad, sin botellas de oxígeno. Este buceo tradicional en apnea, al que llaman muljil, lo practican tres meses al año a razón de siete horas diarias, tanto en verano como en invierno.

El fotógrafo opta por mostrar a las haenyeo recién emergidas del mar sobre un fondo neutro descontextualizado porque, según dice, ha deseado que “sólo se las vea a ellas […] haciendo abstracción de su lugar de trabajo, el océano, y de las riberas marinas donde depositan los mariscos capturados para meterlos en redes”. Así, sin otros elementos visuales que desvíen su atención, el espectador se concentra exclusivamente en los rostros y cuerpos de estas mujeres que constituyen, según Hyung-sun Kim, una verdadera “guía ilustrada” del extenuante oficio de estas mujeres emblemáticas de las peculiares tradiciones de Jeju.

La cultura ancestral de las haenyeo de la isla de Jeju –un fenómeno notable en una sociedad confuciana basada en el patriarcado masculino– fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2016. Las técnicas tradicionales de estas buceadoras contribuyen no sólo a realzar la condición femenina en el seno de la población isleña, sino también a preservar el medio ambiente marino. Las cooperativas pesqueras comunitarias de la isla tienen prohibido recurrir a tecnologías modernas para evitar el agotamiento de los recursos piscícolas.

Debido a la aridez de los suelos volcánicos isleños, inaptos para la agricultura a gran escala, muchísimas mujeres de Jeju se veían antaño obligadas a practicar el muljil, pero desde el decenio de 1970 ejercer el oficio de haenyeo es más bien el resultado de una libre opción personal. Según el semanario estadounidense New Yorker, de los 600.000 habitantes de Jeju, sólo 2.500 mujeres se dedican hoy activamente al muljil y otras 2.000 lo practican ocasionalmente; además, lamayoría de las buceadoras tienen más de 60 años.

Actualmente las mujeres de Jeju trabajan más en otros sectores, como el turístico, en plena expansión.

Deseosas de preservar este oficio femenino tradicional –auténtico patrimonio cultural– las autoridades isleñas han adoptado medidas en favor de las haenyeo, beneficiándolas con un seguro médico gratuito desde 2002 y proporcionándoles también sus trajes de buceo gratuitamente.

“La superficie del mar es una frontera entre la vida y la muerte que las haenyeo franquean continuamente “, dice el crítico de arte Park Young-taik. Intrépidas y modestas, las buceadoras no se habían percatado hasta hace poco de “cuán importante era su contribución al sustento de sus familias y al auge de la economía isleña”, declara al diario Korea Times Lee Sun-hwa, miembro del Consejo Especial de Autogobierno de la Provincia de Jeju. No cabe duda de que el reconocimiento mundial del valor cultural de su oficio tradicional –gracias a su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad– redoblará la autoestima de estas mujeres excepcionales.

 

Conozca más sobre el Patrimonio Cultural Inmaterial de la República de Corea en El Correo de la UNESCO

"El canto de la tierra", en el El Correo de la UNESCO, n° 1978-12.

La leyenda dorada del animal y el hombre, en el El Correo de la UNESCO, n° 1978-12.

Donguibogam: el libro precioso de la medicina, en el El Correo de la UNESCO, n° 2009-9.