
Medicina y salud
¿Cual es en nuestros días el estado de salud de la población mundial? ¿ha podido mejorarse gracias a los fantásticos progresos de la medicina y de la farmacología? ¿se beneficien de éstos sólo los países desarrollados o también los que están en vías de desarrollo? ¿reviste la salud la misma importancia para todos? ¿hablan el mismo lenguaje médicos y enfermos? He aquí una serie de preguntas a las que intentan responder los autores de los artículos incluidos en este número de El Correo de la UNESCO.
Hoy son muchas las enfermedades infecciosas que pueden erradicarse gracias a la vacunación. Algunas de ellas, como la viruela, lo han sido ya, efectivamente. Pero están apareciendo nuevas enfermedades, a menudo como consecuencia de una mala higiene de vida, de la malnutrición y de la insalubridad, o bien originadas por agentes infecciosos hasta ahora desconocidos como el virus de la inmunodeficiencia humana (SIDA), que hoy lanza un desafío sin precedentes a la comunidad científica internacional. Por último, la prolongación considerable de la existencia humana trae aparejado un aumento de las llamadas enfermedades degenerativas, cuyo tratamiento es muy costoso.
Para hacer frente a tan arduos problemas, quizá la medicina no tenga más remedio que adoptar un enfoque pluralista y globalizador que integre las terapias tradicionales y tome en consideración no sólo la dimensión física sino también el psiquismo y el entorno social del paciente. Así ocurre, por ejemplo, en China, donde se considera al organismo como un todo en el tratamiento del cáncer, que combina la radioterapia, la quimioterapia y la fitoterapia.
En cuanto a la medicina preventiva, que para los países en desarrollo reviste una importancia capital y cuyos progresos van a dominar este final de siglo, se basa en la asistencia sanitaria primaria y requiere la participación de la familia y de la colectividad para aligerar la carga de unos servicios médicos ya más que sobrecargados. Aello contribuirá también la racionalización del comercio y del consumo de los productos farmacéuticos.
¿Qué nos deparará el futuro? ¿Sólo existen límites materiales a la curación de las enfermedades del hombre? El auge de la biotecnología, de la neurología y de la genética, las nuevas vacunas , la cirugía molecular, los injertos de órganos y otros muchos milagros de la "tecno-medicina" son sólo un aspecto, espectacular desde luego, de la medicina del futuro. Como hasta ahora, ésta seguirá basándose en la educación y la prevención, a la par que en la satisfacción de las necesidades esenciales en materia de higiene, de alimentación y de alojamiento.