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El Arte en la calle

¿El arte en la calle? Un arte realmente popular que se ofrece a las miradas de todos y recobra así un impulso y un dinamismo que suele haber perdido con el correr de los siglos. Del circo al teatro, pasando por la fiesta y la pintura mural...

Al volver a ser la cuna del arte, la calle le devuelve su fuerza inicial, sus poderes olvidados. Las ciudades modernas, con grave perjuicio para la estética, han perdido el sentido del color que antaño constituía uno de sus atractivos. La voluntad que hoy se expresa de redescubrir este lenguaje significa en realidad reconocer una nostalgia, el deseo de restablecer una convivialidad y una relación viva con el entorno, cuya carencia angustiosa pasa a ser, para el habitante de las megalopolis, una verdadera frustración.

Este retorno a las fuentes adquiere incluso, en ciertas artes, como en los espectáculos circenses o teatrales, virtudes tan liberadoras que éstas llegan a ser, literalmente, revolucionarias. Tradición y modernidad se unen en una asociación detonante para vivir mejor, para sentirse mejor.

Esta renovación, esta revitalización del espacio urbano se produce cada vez más con la participación activa de los habitantes. Quienes viven en las ciudades y en los pueblos, trátese de una fiesta espontánea u organizada, solitaria o colectiva, vuelven a tomar posesión de un bien que les pertenece: la calle. Esta movilización se torna militante cuando incluye a minorías que se pretende colocar al margen de la sociedad. Al afirmar en los muros su existencia, el ciudadano reivindica una identidad que le sirve de estandarte, pero que le permite también trabar conversación con los demás.

Entonces se instaura en la calle, con una hermosa libertad de expresión, un verdadero diálogo entre las culturas.

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Abril de 1992