Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Nuestra selección

Algunos pensamientos de Leonardo...

  • No hay señorío mayor o menor que el que se ejerce sobre sí mismo.
  • La experiencia, intérprete entre la naturaleza artificiosa y loa especie humana, nos enseña, obligada por la necesidad, que esa naturaleza, al actuar entre los mortales, no puede operar de modo distinto a como 10 hace, porque su gobierno es la razón.
  • El agua que tocas en los ríos es la última de las ondas que pasan y la primera de las que llegan : así el tiempo presente.
  • Huye del estudio que dé nacimiento a una obra destinada a morir al mismo tiempo que su realizador.
  • No se puede amar ni odiar nada que no sea previa- mente conocido.
  • Haces mal si loas lo que no comprendes bien, y peor todavía si lo vituperas.
  • El hierro se oxida si no se le utiliza, el agua estancada pierde su pureza y se hiela con el frío. De igual modo la inacción zapa el vigor del espíritu.
  • Donde el descenso es más fácil la ascensión es más difícil.
  • Toda parte tiende a reunirse a su todo para huir asi de su propia imperfección.
  • La gota no se separa del resto del agua si la potencia de su peso no es mayor que la de su adherencia a esa agua.
  • El peso de un pajarilla que se posa basta para desplazar la tierra. La superficie de la esfera Jiquida se agita por una minúscula gota de agua que caiga en ella.
  • Dos flaquezas que se apoyan la una en la otra constitùyen una fuerza. He aquí por qué la mitad del mundo, al apoyarse en la otra mitad, se refuerza.
  • Un cuerpo en movimiento adquiere en el espacio tanto lugar como el que pierde.
  • La ciencia es el capitán, la práctica el soldado.
  • Aquel que en una discusión invoca a otros autores no se sírve de su intelecto, sino de su memoria.
  • La idea o la facultad de imaginar es a un tiempo timón y freno de los sentidos.
  • La benigna naturaleza se ha arreglado de manera que en el mundo entero encuentres algo que imitar.
  • Un buen pintor tiene dos objetos que representar : el hombre y la intención de su alma. La primera tarea es fácil, la segunda difícil.
  • No llames riqueza a lo que puede perderse ; la virtud es nuestro verdadero bien y la recompensa cierta de quien la posee, porque no puede perderse y no se abandona si antes no se deja la vida. Las vestiduras y los adornos externos tenlos siempre con temor ; con frecuencia se burlan, se pierde su posesión y dejan caer en la ignominia a su poseedor.
  • Entre corrientes de agua iguales en longitud, anchura y declive, la más rápida será la más profunda.
  • El jilguero lleva el euforbio a sus crias prisioneras en una jaula ; antes la muerte que la pérdida de la libertad.
  • Las plumas elevarán a los hombres, 10 mismo que a los pájaros, hacia el cielo.
  • La edad que se va se desliza en secreto y engaña a uno y a otro, y nada pasa tan rápidamente como los años ; pero el que siembra la virtud recoge el honor.
  • Cuando crea aprender a vivir, aprendía a morir.
  • La muerte antes que la apatía.

... y algunas fábulas

Saliendo un día la navaja barbera de aquel mango con el que se hace vaina de sí misma y poniéndose al sol, vió al astro reflejarse en su cuerpo, lo que tuvo por suma gloria, y dando vueltas a su pensamiento empezó a decirse : “¿volver otra vez a aquella tienda de la que he salido recientemente ? Ciertamente no. i No quieran los dioses que tan espléndida belleza se rebaje a tal vileza de ánimo ! que locura sería la que me condujera a rapar las enjabonadas barbas de rústicos villanos y hacer operaciones mecánicas ! ¿Se ha hecho este cuerpo para semejante ejercicio ? Ciertamente no. Yo quiero esconderme en cualquier lugar oculto y en tranquilo reposo pasar allí mi vida”. Así, escondida durante algunos meses, volvió un día al aire, salió de su vaina y vió que se asemejaba a una sierra llena de herrumbre, y en su superficie no se reflejaba el esplendente sol. Con inútil arrepentimiento deploró en vano el daño irreparable, diciendo para sí : “¡Oh ! cuánto mejor era dejar al barbero utilizar mi tan sutil perdido filo. ¿Dónde está mi brillante superficie ? ¡Ha sido corroida por la humillante y sucia herrumbre !”

Igual sucede a los ingenios que en lugar de ejercitarse se dan al ocio ; a semejanza de la navaja barbera pierden el filo de su agudeza, y la herrumbre de la ignorancia destruye su forma.

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Engreído el cedro por su belleza y desdeñoso con los arbustos vecinos, los hizo retirar de su vista-. Tras de lo cual el viento, al no encontrar ya obstáculos, lo desarraigó y lo abatió.

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Gran asombro le causó al pedernal el recibir el golpe del acero, y severamente le amonestó: “¿Qué arrogancia te impele a atormentarme? Te equivocaste al elegirme a mí, que jamás he ocasionado enojo a nadie; no me importunes.” Replicó el acero: “Muéstrate paciente y verás surgir de tí un resultado maravilloso.”

Al oír tales palabras el pedernal se apaciguó, soportó su martirio y vió que él engendraba el fuego, elemento maravilloso que entra en la composición de innumerables cosas.

Se cuenta esto por aquellos que se desaniman al comienzo de sus estudios, pero que luego, aplicados para triunfar sobre ellos mismos, se entregan al estudio con paciencia y perseverancia y obtienen de él resultados maravillosos.