Construir la paz en la mente de los hombres y de las mujeres

Editorial

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Ilustración: © Agnieszka Ziemiszewska para El Correo de la UNESCO

A cada generación le corresponde la tarea de definir las competencias y los conocimientos indispensables que tiene que transmitir para hacer frente a los retos de su época. La nuestra no es una excepción. Ante los desafíos planetarios que plantean el incremento de las desigualdades, el cambio climático, el aumento de la capacidad de las tecnologías digitales o la mengua de la gobernanza democrática, hoy es preciso reinventar la educación, “el arma más poderosa para transformar el mundo”, según palabras de Nelson Mandela.

Esta es la tarea de reflexión que ha acometido la UNESCO con el nuevo informe mundial Reimaginar juntos nuestros futuros, un nuevo contrato social para la educación. Fruto de dos años de trabajo de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación, el documento esboza el perfil de una educación para el siglo XXI.

Reimaginar juntos nuestros futuros, se inscribe en la tradición de los grandes informes de la UNESCO que en el pasado contribuyeron a organizar las políticas educativas en el mundo entero. El Informe Faure de 1972, Aprender a ser, y luego el Informe Delors de 1996, La educación encierra un tesoro, han llegado a ser obras de obligada referencia para la reflexión sobre el aprendizaje. Este tercer documento hace un balance lúcido de los desafíos de la educación en nuestro tiempo.

Ante las rápidas transformaciones del contexto actual, se impone un cambio de rumbo. Es preciso otorgar una función más importante a la ecología, dotar a los alumnos de herramientas críticas que les permitan identificar la desinformación, los prejuicios y las ideas recibidas, reforzar el trabajo de equipo y también mejorar la profesionalización de los docentes. Más allá de estas necesidades ineludibles, hay que pensar también las múltiples interdependencias, los vínculos entre generaciones y culturas, y nuestra relación con los organismos vivos para fundar un nuevo contrato social a favor de la educación.  

Las propuestas que figuran en el nuevo informe se detallan en este número especial de El Correo. Se completan con reflexiones sobre el porvenir de la educación de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, de la Primera Dama de la República Popular China y Enviada Especial de la UNESCO para la promoción de la educación de las niñas y las mujeres, la profesora Peng Liyuan, y de la Presidenta de la República Democrática Federal de Etiopía y Presidenta de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación, Sahle-Work Zewde.  

Estas contribuciones ratifican la urgencia absoluta que la UNESCO ha otorgado a la educación desde su creación y su ambición siempre renovada en este ámbito. Estos enfoques confluyentes ponen de relieve, cada uno a su manera, la necesidad de adaptar, para preservarlo mejor, el bien común mundial que es la educación. 

Agnès Bardon