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Zeinab Badawi: “Mi identidad compuesta es una ventaja”

Zeinab Badawi, periodista británico-sudanesa, califica su adaptación de la Historia General de África editada por la UNESCO como el “proyecto más valioso” de su carrera. En nueve episodios televisivos producidos para la BBC, la historia de África desde la prehistoria hasta la edad moderna, es ahora accesible a miles de personas, con la voluntad específica de llegar en primer lugar a los jóvenes y a los africanos.

Además de explicarnos cómo produjo esta serie innovadora, Badawi analiza también en esta entrevista la tenaz desigualdad de género en los medios de comunicación y las dificultades que enfrentan las mujeres profesionales cuando quieren lograr un equilibrio entre su vida personal y laboral.

Entrevista realizada por Jasmina Šopova

Su serie de nueve capítulos sobre la historia de África se transmitió en la BBC World News en julio y agosto de 2017. ¿Qué la inspiró a realizarla?

África tiene una historia larga, rica y compleja. Sin embargo, esa historia se descuida o pasa por alto y a menudo lo que se nos presenta proyecta es una imagen distorsionada y parcial. Esto siempre me ha preocupado. Cuando descubrí, hace varios años, la Historia General de África (GHA) publicada por la UNESCO, quedé encantada. Miles y miles de páginas sobre la historia de África desde el comienzo de los tiempos hasta la era moderna, escritas principalmente por especialistas africanos. Y, sin embargo, solo había oído hablar de ello vagamente.

Pensé que seguramente la Historia General de África era uno de los secretos mejor guardados de la UNESCO… y ése fue el punto de partida del proyecto.

Trabajo en medios desde hace más de veinticinco años y he hecho todo tipo de tareas, pero puedo decir honestamente, con la mano en el corazón, que este proyecto es, con mucho, el más apasionante, el más interesante y el más valioso en el que me he visto involucrada.

Es un emprendimiento patrimonial único, porque nunca antes, en la historia de la radiodifusión, nos hemos interesado de manera sistemática en la historia de África desde la prehistoria hasta la era moderna, relatándola, al menos eso creo, de manera convincente, dirigida en particular a los jóvenes y especialmente a los africanos. Realmente espero que después de ver la serie tengan una idea muy clara de cuán maravilloso es su continente, sin importar de qué punto de él provengan.

¿Cómo piensa lograr que la serie sea accesible a un gran número de personas? ¿Es accesible en la red?

La serie estará disponible para todas las cadenas de televisión estatales africanas y caribeñas y las de Brasil, y en varios idiomas tan pronto como hayamos logrado traducir y subtitular los episodios. Debido al elevado costo que exige esta etapa, lograrlo llevará su tiempo. La serie no está disponible en la web, pero puede que en un futuro lo esté. Se mostrará el próximo año, en 2018, en BBC World News. Estamos reflexionando sobre otras opciones de difusión.

La Historia general de África es una publicación de corte académico ¿Cómo la hizo atractiva para el gran público?

Soy una personalidad televisiva. Trabajo en televisión desde hace muchos años y concentré mi interés en que la serie contara con bases científicas adecuadas. Pero también tuve presente que debería resultar atractiva desde un punto de vista visual. No se trata pues de un curso de historia ilustrado. Para mí era importante asegurarme de que los jóvenes tuvieran interés en verla. No veo la utilidad de realizar emisiones eruditas si nadie las mira.

Traté de hacerla amena y accesible y visualmente muy colorida. Por ejemplo, cuando hablo del comercio transahariano, busqué un mercado de camellos, me trepé en uno y me caí con estrépito. De veras me ocurrió y no estoy muy orgullosa... ¡Pensar que mi bisabuelo era mercader de camellos!

De algo estuve segura desde el principio: el proyecto versaba sobre la historia de los pueblos africanos y no sobre la de las piedras, los huesos o los monumentos.

Por supuesto, mostramos los monumentos cuando es pertinente, pero queremos sobre todo contar la historia de los pueblos. Dondequiera que fuimos, traté de encontrar las huellas de los personajes mencionados en la Historia General para hacer de ellos personajes del filme. Fue el caso del rey aksumita Ashama; el del monarca bereber Juba II que desposó a la hija de Marco Antonio y Cleopatra; o aun del soberano sudanés Piye de Kush, que gobernó Egipto en el siglo VIII a. de C. Ese es mi enfoque: comenzar siempre con un relato que enganche a la gente.

¿Las comunidades locales participaron en el proyecto?

Sí. Utilicé equipos de camarógrafos locales en cada país. El trabajo fue extremadamente duro, y quedaron exhaustos, pero todos se mostraron agradecidos, pues escucharon las entrevistas, miraron los lugares y aprendieron sobre sus respectivos países. Algunos, al final, me dijeron: “No tenía idea de todo lo que había en mi país”.

¿Cuáles fueron las mayores dificultades que encontró durante la filmación?

Uno de los problemas consistió en obtener material de archivo de las cadenas de televisión nacionales. Todos estaban dispuestos a colaborar, pero al final nunca obteníamos nada. Además, existía una cuestión de idioma. Trabajo en inglés, pero la mayoría de las personas en África Occidental habla francés. En el norte de África, hablan principalmente árabe. Por fortuna, mi árabe es mejor que mi francés.

Yo diría que el principal problema fue la falta de mujeres entrevistadas. Prácticamente todos los expertos son hombres. Entonces, cuando fue posible, traté de hablar con mujeres para tratar al menos de abordar tal desequilibrio.

Precisamente, ¿cómo ve los temas de género en el panorama mediático de hoy?

Por revestir múltiples aspectos, el tema del género en los medios debe abordarse en diferentes niveles: la presencia femenina en pantalla (en papeles como el mío, por ejemplo), la opinión femenina de especialistas que se procura obtener cuando se entrevista a mujeres, los puestos de poder real que ocupan las mujeres fuera de la pantalla y la forma en que los medios cubren los temas de género.

En cuanto a la presencia de las mujeres en los medios y en la pantalla, creo que ha mejorado, pero los roles principales siguen ocupados en su mayor parte por hombres.

En todo el mundo, incluso en el Reino Unido, el número de profesores universitarios hombres es mucho mayor que el de profesoras. Ello se traduce en que cuando se busca la opinión de un especialista es muy probable que el convocado sea un hombre.

En lo que respecta a la mujer en puestos de poder, ya se trate de países occidentales, africanos o asiáticos, el panorama no es particularmente optimista. Los grandes medios de comunicación occidentales continúan estando muy controlados por los hombres. La BBC, desde luego. Se encuentran mujeres en los niveles medios e inferiores de la administración, pero los niveles jerárquicos superiores siguen siendo muy masculinos.

Cuando se trata de cuestiones de género y cómo se tratan, se hace a veces de manera superficial, sobre todo en los países donde los prejuicios en materia de género están profundamente arraigados.

Usted moderó un Foro de Líderes en la UNESCO en 2011, y en esa ocasión dijo que la educación de las niñas era un “asunto de familia”. ¿Podría ampliar su afirmación?

En cierto sentido sí, lo es. Pensaba en mi bisabuelo, el jeque Babiker, que fue un pionero en la educación de las niñas en Sudán a principios del siglo XX, cuando el país estaba bajo dominio británico. En ese entonces las muchachas no recibían educación, pero mi bisabuelo quiso cambiar las cosas y comenzó por sus propias hijas. A pesar de la hostilidad de las autoridades británicas y de la comunidad sudanesa, creó una escuela para sus hijos en su propia casa.

En verdad tenía muchos hijos. En la familia bromeamos diciendo que estuvo tan a favor de las mujeres que se casó con cuatro...

Más en serio, de hecho fue un gran visionario. Dio el ejemplo asegurándose de educar a sus propias hijas, y ellas más tarde a su vez crearon escuelas. Crecí con tías que ahora tienen ochenta años y obtuvieron doctorados en universidades occidentales. Actualmente, uno de mis tíos dirige la Universidad Al-Ahfad para mujeres en Jartum, donde se educa a niñas de Sudán, pero también de otras partes de África y del mundo árabe.

Entonces, cuando oigo decir que las jóvenes musulmanas no pueden ser educadas porque ello no concuerda con los valores del Islam, ¡simplemente me quedo de una pieza!

Su trabajo le requiere mucho tiempo. ¿Puede conciliarlo con la vida de familia?

Es difícil para las mujeres proseguir una carrera cuando tienen hijos. Somos quienes damos a luz a los niños y, sea cual fuere nuestra profesión, las interrupciones en el trabajo son inevitables. Entonces tienes optar por lo que mejor funcione para ti. Pero si se elige una interrupción prolongada de la carrera –tres, cuatro, cinco o diez años–, para cuidar a los hijos, se pagan las consecuencias. Puede significar que quedaste fuera del marco laboral y tienes que volver a empezar, mientras que los otros han ido trepando escalones.

¿Es eso lo que le ocurrió?

Probablemente. Tuve suerte porque buena parte de mi trabajo lo hago en un estudio, pero tuve que interrumpirlo varias veces porque tengo cuatro hijos. ¡Es mucho! Si no los hubiera tenido, probablemente hubiera ganado dos o tres años de carrera, quién sabe.

A menudo afirmó que tiene una identidad compuesta, “con guiones”. ¿Podría explicarlo?

Hoy en día, los europeos son fruto de mezclas, pero cuando tienes un color distintivo, tu identidad múltiple es más evidente. Nací en Sudán y llegué al Reino Unido cuando tenía dos años. Por entonces había menos africanos o asiáticos viviendo en Europa. Ahora hay muchos más. Desde mi punto de vista en la actualidad los problemas son menores.

Obvio que soy de origen musulmán, pero los musulmanes son parte del paisaje europeo. Creo que cuando nos referimos a los musulmanes de Europa, deberíamos decir “británico-musulmanes”, en lugar de decir “musulmanes británicos”. Cambiaría el nombre y el adjetivo, como hacen los estadounidenses. Dicen “musulmano-americanos”. La diferencia parece mínima, pero en realidad dice mucho más. Es bastante profundo y es importante para cambiar las mentalidades.

Veo mi identidad compuesta como una ventaja, pues me brinda de primera mano la experiencia de una cultura no occidental y la de una cultura europea. No veo ningún conflicto en ello. Al contrario, tengo la sensación de llevarme lo mejor de ambos mundos.

Conozca más:

La Historia general de África con Zeinab Badawi

Entrevista con Zeinab Badawi en su serie La Historia general de África

Números dedicados a la mujer en El Correo de la UNESCO

 

La Mujer a la conquista de más espacios de libertad, Abril - Junio de 2011

Mujeres entre dos orillas, Febrero de 2008

Ciudadanas al poder, Junio de 2000

Mujeres: la mitad del cielo, Septiembre 1995

La Mujer: entre la tradición y el cambio, Abril 1985

La Mujer invisible, Julio 1980

Hacia la liberación de la mujer, Agosto- Septiembre 1975

Año Internacional de la Mujer, Marzo 1975

La Mujer, es un ser inferior?, Noviembre 1955

 

About the authors

Zeinab Badawi nació en Sudán y desde los dos años vive en Londres. Distinguida periodista radiofónica, estudió en las universidades de Oxford y de Londres. Fue galardonada con un doctorado honorífico por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres en 2011 por sus servicios a la radiodifusión internacional.

Badawi tiene una amplia experiencia en radio y televisión, destacándose en una variedad de programas. Es muy conocida por Hard Talk de la BBC, un programa crítico que presenta a los principales “hacedores de noticias” del mundo. También presenta Cuestiones globales y Debates mundiales en BBC World, tanto en radio como en televisión.

Es la actualidad es presidenta de la Real Sociedad Africana, apadrina la BBC Media Action (el dispositivo de beneficencia de la BBC), vicepresidenta de la Asociación de las Naciones Unidas del Reino Unido y miembro de la junta de la Fundación de la Unión Africana. También es miembro del Consejo de la Agenda Global del Foro Económico Mundial.

A través de Kush Communications, su propia compañía de producción, Badawi produce y ha presentado numerosos programas, incluida la importante serie televisiva sobre la historia africana, en asociación con la UNESCO.

Badawi tiene cuatro hijos.