
Repensar el compromiso de la UNESCO con la juventud
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Vuelve a la UNESCO el bullicio de los asistentes al 10º Foro de la Juventud de la UNESCO, celebrado los días 25 y 26 de octubre en la sede de la Organización, en París. En ese Foro, centrado este año en el tema “Repensar el compromiso de la juventud con la UNESCO”, los jóvenes debaten cuestiones de actualidad y formulan recomendaciones sobre los medios que debe emplear la Organización para responder mejor a sus necesidades.
El Foro se celebra desde 1999 y congrega cada dos años a un equipo del personal de la UNESCO y un grupo de jóvenes del mundo entero resueltos a propulsar el cambio en nuestras sociedades. Ambos examinan juntos medios concretos de colaboración para coadyuvar a que las actividades de la Organización sean pertinentes y eficaces. A través del Foro de la Juventud, la UNESCO reitera su voluntad de ocupar un puesto de vanguardia en la movilización de los jóvenes.
Actualmente, hay en el mundo 1.800 millones de personas de 10 a 24 años de edad. La población mundial registra la mayor proporción de jóvenes de la historia. Aunque esto entraña inmensas perspectivas positivas, las y los jóvenes de nuestros días soportan una presión creciente debido a problemas como la inestabilidad política, el cambio climático, la oscilación del mercado laboral y otras trabas a una participación efectiva en la vida política y cívica.
Pese a todo, está surgiendo una nueva generación emprendedora de jóvenes decididos a cambiar el mundo buscando soluciones a los graves problemas que los afectan a ellos y a la humanidad. En las regiones asoladas por conflictos armados se alzan jóvenes adalides de la paz, dispuestos a enseñar técnicas de solución de conflictos a los conciudadanos de su edad. Y un número creciente de jóvenes preocupados por el cambio climático exige a sus gobiernos acabar con los plásticos y buscar soluciones compatibles con el desarrollo sostenible.
De un rincón a otro del planeta, jóvenes decisores, investigadores, docentes, activistas de la sociedad civil y empresarios de la economía social dan muestras de una perspicacia y un espíritu innovador que bien podrían imprimir un nuevo rumbo a la acción de la UNESCO en beneficio de la juventud.